sábado, 12 de marzo de 2011

Las horas (y no de Michael Cunningham)






Hace unas semanas atrás, los siempre relucientes y lustrados (¿ilustrad0s?, no) profesores de una conocida organización educativa limeña, tuvimos un encuentro educativo y de camaradería en una reputada universidad del cono norte limeño. Agradecidos, haciendo largas filas por los momentos del refrigerio (empanadas y café desazucarado), escuchamos atentos las largas charlas de corte pedagógico que una campechana profesora nos dispensaba a través de vídeos; separatas, bromas, intervenciones orales, equipos de trabajo, y comentarios infidentes sobre su vida cotidiana. Con cierto recelo también observaba a mis compañeros de aula, intentando reconocer a alguno que otro, mientras se oía desde los pasillos a chicas en minifalda apuradas y con papeles en mano.


Fueron dos días de "capacitación" (aunque más que eso, los profesores se la pasaron criticando el método de esta conocida organización educativa) y durante esas jornadas, aprovechamos todos para conocernos mejor y saber quiénes nos eran, sea porque éramos colegas de curso o de local, más próximos. Así, volví a ver a LY; a Vladimir, a Inri, a Puñal, al Teatrero, y a nuevos miembros del curso: al Bloggero, al Payaso, al Retaco, y finalmente a El Francés, un sujeto quien me abordó de sorpresa durante el almuerzo y quien no solo conocía mi nombre ("Douglas, Douglas..."), sino que sabía el curso que llevaba, las horas que tenía y hasta el local donde dictaba. A pesar del calor y lo apremiante del tiempo, conversamos unos minutos mientras degustábamos pollo frito y arroz blanco:

"-Sí, sé que ya no está acá.

- ¿Sabes que lo sacaron porque se metió con una de sus alumnas?

- Pensé que el Medieval se fue para seguir estudios..."




"- Sí, sé que se ha ido a dictar clases a una universidad privada.

- ¿Tú crees? Si lo sacaron también por meterse con una de sus alumnas."


Terminada la comida, y mirando a otros conocidos, continué caminando y me saludé con Puñal; con Vladimir ("¿Dónde enseñas ahora?", "En Los Olivos", le dije. "Ahhh...", me respondió, medio aburrido); con El Teatrero, con quien conversé un poco sobre La Decana de América: "Sí, pues. Acabo la carrera: me interesan mucho los estudios culturales". "¿Y te enseñó Philipp Dick?", le dije. "Claro, pero no es profesor. Solo toma asiento y habla, nomás. Eso no es ser docente". (Claro. Para El Teatrero ser docente de literatura es apagar las luces del aula de un colegio secundario donde enseña, colocarse una linterna en la cara y empezar a hacer muecas y gestos, narrándoles el cuento que sus alumnos deben de leer). También me encontré con Inri, quien me saludó amablemente y preguntó por mi salud, sonriéndome y haciendo bromas sobre mi subida de peso. Ah, por supuesto, y también me encontré con LY, quien me hacía señas con las manos y me comentaba, riéndose nerviosamente, que estaba a un paso de la quiebra económica.


Al final de la jornada, que duró dos días, entre el fuerte calor del verano y el sopor de las maratónicas charlas, una linda señorita se acercó a cada una de las aulas que congregaba a los profesores de esta institución educativa, nos dio unos papeles, un lapicero, y nos indicó que era hora de las encuestas. Y luego dijo una frase, que nos dejó, literalmente, helados: "Los horarios se entregarán este martes, a partir de las 10 de la mañana".


Aunque ya se habían estado pasando la voz durante el almuerzo, la noticia de que los horarios no se entregarían al final de la capacitación, despertó en muchos sospechas maliciosas, nerviosismo, insultos a media voz, miradas extraviadas, silencios, y sobre todo desánimo. Las voces más experimentadas, a hurtadillas, comentaban que el solo hecho de que no se entreguen los horarios al final de la capacitación significaba, con sencillez, que muchos profesores se quedarían sin horas de trabajo para el año lectivo 2011. Y es que las horas, para cualquiera que se dedique a la actividad docente (y sobre todo en colegios particulares) significa, realmente, TODO. Y lo es TODO porque los docentes de colegios particulares y de universidades, deben de trabajar aquí y acullá para reunir una cantidad suficiente de horas, y alcanzar así un sueldo decoroso, siendo entonces necesario no solo un lugar de trabajo, sino varios, en los lugares más lejanos y en los horarios más extraños. Por cierto, no es malo ganar horas y ganar un buen pago por cada hora enseñada, menos todavía, conseguir horas suficientes en un solo lugar; sino que lo malo de todo esto, es que muchos no se van con indirectas y, literalmente, le besan el poto al coordinador de horarios para que este les dé las horas suficientes y volverse su ganapán.


Las instituciones educativas de primaria y secundaria lo saben bien, y aunque en las universidades también hay estas pugnas por las horas, es en las primeras donde las condiciones y reglas para adquirir horas a lo largo del año adquieren ribetes de mendicidad; obteniendo un resultado, en el mejor de los casos risueño, y en el peor de los casos, indigno. Veamos la I.E. preuniversitaria donde todavía laboro, y los requisitos que piden para poder conseguir horas durante sus años lectivos:


a. Salir bien en las encuestas.

b. Asistir a sus capacitaciones (donde solo se escucha la opinión del capacitador, porque cuando uno dice su opinión este sonríe y sigue hablando).

c. Ser puntual (así trabajes en la mañana en Comas y luego tengas que ir a Chorrillos, con un margen de una hora).

d. Ir con corbatita.


Si bien todo esto anterior, con todo lo difícil que resulta, es parte de una rutina administrativa y laboral, lo siguiente sí es, realmente, la torre de los alucinados:


a. Participar en la redacción de los libros que esta IE luego vende a sus alumnos. Por supuesto, a nosotros no nos dan ni un cobre. (Recuerdo todavía cuando le dije a Puñal por qué no nos daban nada, respondiéndome -en un email que conservo cada vez que quiero reírme - que era una forma de agradecer a esta IE por darme trabajo).

b. Participar (previo registro de asistencia) vestido con el polo de esta institución, en las caravanas y corsos que esta IE realiza en las afueras de las universidades donde se esté realizando un examen de admisión. Así, hay que ir con polos naranjas, globos, serpentinas, gritar con furor el nombre de la IE, dar de bailes mientras la orquesta contratada toca y retoca música popular, repartir volantes a raudales, pintarse la cara de colores, y pelearse de punta a punta con las otras IE de la competencia. Es decir, mientras más gritón y payasito seas, más horas tendrás.

c. Llamar por teléfono al director del local donde enseñas. (LY me diría que llamaba y llamaba al director de su colegio para que le dé más horas. Incluso, Puñal mismo llama y llama al Sumo Pontífice para que le dé más horas de las que ya tiene).


Y bueno, lo off de récord: los puñales que entre profesores nos lanzamos para que al otro le quiten horas y se lo den a uno (también lo he hecho, lo admito, aunque no para que me den horas, sino por joder); hacer aquelarres, para convencer a las tutoras que nos hagan llegar copias de los exámenes semanales del curso que le hacen a los chicos y así saber dónde ser más enfáticos cuando enseñemos; mentir, como LY, que dice que ha acabado su carrera del literatura, cuando ni siquiera logró terminar su quinto año de pregrado; como Vladimir, quien dice que ha enseñado literatura en la Decana, cuando ni siquiera ha estudiado literatura; como el Francés, quien de estudiar Comunicación en una universidad privada (universidad por cierto, de dudosa calidad), se pasea con un libro de teoría literaria para justificar por qué enseña literatura; como Puñal, quien descargó varias veces sus temas de Literatura de portales de internet (diciendo que fue de su autoría), y de quien no conozco nada sobre su vida literaria y si ha estudiado en alguna universidad; y así.


Resumiendo, entonces. Conseguir "horas" en este universo educativo tan variopinto como es el nuestro, no es sencillo y a veces, uno tiene que ponerse rodilleras nomás. Ruego que este no sea mi caso, y ruego también porque me caigan algunas horitas más, así esta IE me haya dado una nadita de horas porque no cumplo con los requisitos que pide.


Mientras tanto, a terminar Las horas, de Cunningham.














19 comentarios:

  1. Puñal = Gabriela Villavieja. Adecuada metáfora.

    ResponderEliminar
  2. Ta que ácidos, je je je. Saludos pa la gentita de Trilce!

    ResponderEliminar
  3. Philip K. Dick dice:

    ¡YA TE JODISTE, GALLEGOS!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Rómulo Gallegos que tiene que hacer aquí?
    Mejor anda a enseñar inglés.

    ResponderEliminar
  5. ¿Alguien tuviera la decencia de poner su nombre, por favor?

    ResponderEliminar
  6. Paso, mejor elimina tu blog, será tu tumba en ese antro donde estás.

    ResponderEliminar
  7. En realidad, la gente triste de triste da pena en esas lides descritas. Es la TRISTE. Mejor no vayas a esas payasadas. Mientras menos participas, más horarios te dan. Haz la prueba. Saludos a Puñal.

    ResponderEliminar
  8. sudoroso..ya verás t sacaremos de trilce

    ResponderEliminar
  9. un favor, habla del homosexual solapa y que gusta sodomizar chiquillas de cole y academia, ese perverso de Max Palacios. por siacaso, la denuncia policial deben hacerla con su verdadero nombre: Maximiliano Palacios Cortez. Saludos a la gentita de trilce.

    ResponderEliminar
  10. Si quieres hablar sobre esos adjetivos, hazlo en otro lugar. Aunque no es mi amigo, son muchas las veces que lo atacas de esa manera. Este espacio es solo para el raje y la chismosería académica, nada más. No te confundas.

    ResponderEliminar
  11. En Trilce las rodilleras de oro son ante Noly. Así, hagas lo que hagas y le caigas mal a quien la caigas mal, no te sacan, pase lo que pase. Sino, preguntele a tanto amoral y mediocre que no sale en décadas de allí. Suerte Giacomo, no creo que dures mucho allí igual. Saludos a la plana de Trigo.

    ResponderEliminar
  12. profe lo extrañamos...3ºA

    ResponderEliminar
  13. Profe, x qué lo sakaron? Si nosotros no lo jalamos en la cuesta, fueron los del B...

    ResponderEliminar
  14. Seguro ese día tocó inspección del Ministerio de Educación. Siempre le dicen a los alumnos que hay fumigación y a los profesores los mandan a calentar asiento todo el día a otro lado. Qué verguenza la corrupción que campea en todo ese ámbito. Debería ser inopinada la visita, pero están más avisados para encubrir sus irregularidades en el trato laboral. Y nadie hace nada por cambiar eso.

    ResponderEliminar
  15. Perdón, en el comentario anterior es inspección del Ministerio de Trabajo. Lapsus. Provecho, Noly. Te la llevas fácil, Gary Lazo.

    ResponderEliminar
  16. Giacomo, se extrañan tus entradas, tienes buena prosa.

    ResponderEliminar
  17. Se escribe "hace unas semanas" o "unas semanas atrás". "Hace unas semanas atrás" suena malazo.

    Saludos

    ResponderEliminar
  18. se nota el amor a la institución, pobres alumnos.

    ResponderEliminar